Sobre nuestros canales de percepción

La percepción corporal ocurre a través del llamado sistema sensorial cinestésico. Este sistema también tiene dos direcciones: puedes sentir dentro de tu cuerpo y puedes percibir tu entorno con tu cuerpo. El órgano sensorial orientado hacia afuera es tu piel. La piel es una frontera aislante, protectora y al mismo tiempo sensible con el mundo exterior. Tu piel reacciona a estímulos cinestésicos externos: al tacto, la presión y la temperatura. Las manos son nuestros órganos de contacto cinestésicos. Desafortunadamente, este tipo de contacto con nuestro entorno suele ocurrir de manera completamente inconsciente. Tocamos nuestros volantes, nuestros teclados de computadora, etc., sin realmente notar este contacto sensorial. Muchas personas han olvidado que nuestras manos no solo son herramientas de agarre, sino órganos sensoriales sensibles que nos ayudan a captar y comprender nuestro mundo.

Una vez que has conquistado tu entorno de manera cinestésica, dirige tu percepción hacia adentro. Respira conscientemente y siente todo tu cuerpo. Una vez que diriges tu atención cinestésica hacia adentro, entras en contacto con un enorme potencial de información interesante. En este camino te encuentras con innumerables sensaciones, como la percepción de los órganos internos, la circulación sanguínea y los músculos. También el movimiento de tu respiración en el pecho, tu sentido del equilibrio y la sensación de placer y dolor se reciben a través del sistema cinestésico. ¿Puedes sentir cómo trabaja tu metabolismo y pone a todo tu cuerpo en finas vibraciones? Estas percepciones corporales sutiles son las puertas al arte de los yoguis – pero tú también puedes aprender a entrar en contacto más estrecho con tu cuerpo.

Ahora cambiamos de las cualidades olfativas al mundo gustativo. Ahora exploramos la última dimensión de nuestro sistema de representación: el gusto. El sistema de orientación gustativa no solo tiene una función especial vital, al asegurar la calidad de nuestra comida, sino que también actúa como un filtro social en la vida moderna. Las personas con buen gusto nos atraen, mientras que los contemporáneos de mal gusto son percibidos con razón como repulsivos. Así que no hablamos en vano de una decoración de vivienda con buen gusto o un estilo de vida armonizado en términos de gusto. El gusto personal es una expresión de la individualidad del ser humano. Los criterios a menudo están profundamente arraigados en el inconsciente.