La quinta actitud: Congruencia
Virginia Satir creía que gran parte de la falta de comunicación se debe a Incongruencias en la comunicación.
La congruencia en realidad no es otra actitud de supervivencia, sino una forma de convertirse en humano en un sentido más amplio, y además es un estado de totalidad.
La congruencia es uno de los componentes más importantes del modelo Satir. Se trata de un estado del ser y de una manera de comunicarse consigo mismo y con los demás. Un fuerte respeto por uno mismo y la congruencia son dos de los signos más importantes de si las personas han alcanzado un cierto grado de totalidad en su desarrollo. La congruencia se caracteriza por:
- el reconocimiento de la singularidad del yo
- el libre flujo de energía personal e interpersonal
- la reivindicación del ser persona
- la disposición a confiar en uno mismo y en los demás
- la disposición a asumir riesgos y a hacerse vulnerable
- el aprovechamiento de los propios recursos internos y externos
- la apertura hacia la intimidad
- La libertad de ser uno mismo y de aceptar a los demás
- Amor hacia uno mismo y hacia los demás
- Flexibilidad y apertura ante los cambios.
La congruencia implica para Virginia Satir tres niveles:
| Nivel 1: Conciencia Aceptar Nivel 2: Conciencia Aceptar Experiencia Nivel 3: Conciencia Aceptar Experiencia (Ser) | ![]() |
Trabajar hacia la congruencia

Para ayudar a las personas a comunicarse de manera congruente, Virginia Satir elaboró una lista de puntos importantes:
- Ser consciente de uno mismo, de los demás y del contexto.
- Prestar atención plena a los demás cuando se establece una relación con ellos.
- Ser consciente de los mensajes de nuestro propio cuerpo.
- Ser consciente de nuestros mecanismos de defensa y de las reglas familiares.
La congruencia se refiere tanto a un estado del ser como a una calidad de la comunicación. En el primer nivel de los tres, la congruencia implica que admitimos y aceptamos nuestras experiencias internas (sensaciones, interpretaciones y los sentimientos resultantes de esos sentimientos). En el segundo nivel, la congruencia implica que escuchamos nuestras percepciones y expectativas y que las traducimos en un patrón que satisfaga nuestras necesidades de manera responsable, atendiendo a nuestros deseos. En el nivel 3, nos desarrollamos en armonía con nuestra esencia espiritual o con lo que Virginia Satir ha llamado la fuerza vital universal.







