PNL y motivación

La motivación es la fuerza impulsora que mueve a las personas a perseguir y alcanzar objetivos. PNL y motivación van de la mano, ya que es, en esencia, la base para trabajar con PNL más o menos se puede suponer: cómo y en qué campos un practicante de PNL es talentoso o qué educación tiene, por un lado, es muy variable, pero por otro lado, ya está determinado de antemano en cada persona. Sin embargo, la motivación es precisamente porque no representa una constante inamovible, una de las características más importantes (porque se puede influir directamente) de las que puede valerse el PNL. PNL y motivación se condicionan mutuamente; porque, en principio, la motivación también es solo programación neurolingüística aplicada: uno se convence a sí mismo de que valora tanto una determinada cosa que está dispuesto a hacer un esfuerzo especial para obtenerla – también en PNL. Y la motivación, a su vez, es también el requisito para que se puedan lograr avances mediante la programación neurolingüística. Solo a través de ella se despliega el potencial de cambios significativos que promete el PNL.

De hecho, PNL y motivación y, en relación con ello, el esfuerzo y la perseverancia, son los factores más fundamentales de este éxito. Son aún más importantes que las condiciones iniciales personales en la vida: quien cree en sí mismo y logra levantarse una y otra vez tiene muchas más posibilidades que alguien con más talento, pero menos resistencia.

Por esta razón, la capacidad de vincular PNL y motivación tiene también una gran importancia y se fomenta en consecuencia. Porque PNL y motivación a menudo se combinan para generar sinergias que el practicante puede utilizar – y esto va mucho más allá de una mera acumulación de estrategias de motivación. Así, una base del PNL es la Modelado, en última instancia, también el intento de motivar a la imitación mediante la presentación de modelos a seguir que tienen un efecto positivo – así como la reproducción de sus biografías, en las que también se documenta cada fracaso, al mismo tiempo aumenta la tolerancia a la frustración. La reencuadre pone en duda interpretaciones desalentadoras de eventos pasados; la constante enfatización de su propio potencial fomenta una visión positiva de las propias posibilidades. Al final, para muchos que trabajan con PNL, su propia capacidad de entusiasmo y motivación por los proyectos que se proponen, junto con su plan, es el capital más importante que tienen.