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Un ancla fuerte: olores y fragancias

Ancla Parte 1

Las fragancias provocan emociones, pueden evocar imágenes en la mente y recuperar recuerdos olvidados. Huele a … – a la abuela. ¿Quién no conoce esos olores, que de repente suben a la nariz y te transportan años o décadas atrás – que inesperadamente traen a la memoria lo que se había olvidado. De repente, la cocina de la abuela es tan presente como entonces, cuando a los siete años hacías tus tareas en su mesa de cocina, mientras ella cocinaba sopa de patatas. Es asombroso cómo los olores pueden evocar tales recuerdos – inimaginable, y, sin embargo, científicamente explicable.

La primera estación de la percepción del olor es la mucosa olfativa en la cavidad nasal. Allí se encuentran alrededor de tres millones de células sensoriales del olfato en una superficie del tamaño de una moneda de dos euros. Cada célula olfativa está especializada en una sustancia odorífera que desencadena un impulso eléctrico. Las prolongaciones de las células olfativas pasan a través del etmoides directamente al bulbo olfativo. Este se encuentra por encima de la raíz de la nariz y es una de las partes más antiguas del cerebro. La nariz es así el único órgano sensorial que envía sus impulsos directamente al cerebro. Desde el bulbo olfativo se transmiten impulsos nerviosos al llamado cerebro olfativo en la corteza cerebral, donde se procesan y se comparan con olores conocidos. Uno de los caminos lleva del cerebro olfativo directamente al sistema límbico – el asiento de las emociones y recuerdos.

Ancla Parte 2

Los neurocientíficos han descubierto que al procesar olores – a diferencia de otras percepciones sensoriales – las áreas verbales del cerebro apenas están involucradas. Esto explica por qué es tan difícil nombrar olores. También en lo que respecta a la memoria, hay diferencias: los olores que recordamos siempre están cargados emocionalmente. Las fotos antiguas, en cambio, suelen provocar sentimientos más débiles.

Ancla Parte 3

Un grupo de trabajo de Erlangen ha investigado cuán fuertemente los olores influyen en el comportamiento. Los participantes fueron perfumados con eugenol (aceite de clavo) – y se mostró una actividad notable en el sistema límbico, es decir, la parte del cerebro responsable de las emociones. Algunos pensaron en el dentista, otros en la Navidad. Incluso cuando solo imaginaban el aroma, se mostró una actividad similar.

Ancla Parte 4

Otras investigaciones mostraron que los olores pueden influir en la atención. En películas y tareas, la tensión de los participantes cambiaba según el olor. El ácido brómico, una sustancia que huele a sudor, aumentaba la tensión. También durante el sueño, los olores influyen en el cerebro – investigadores de Münster descubrieron que ciertos aromas incluso cambian las ondas cerebrales.

Datos interesantes al margen

Olfactómetro

Los olores son volátiles y se mezclan fácilmente, lo que dificulta su investigación. Un llamado olfactómetro puede ser "alimentado" con hasta seis olores simultáneamente y asegura condiciones uniformes. Para ello, se debe trabajar con materiales sin olor propio – vidrio, teflón y acero inoxidable son estándar, ¡porque incluso el plástico huele!