Metáforas

Las metáforas tienen una importancia increíble para la comunicación y la comprensión personal. Desde tiempos antiguos, las metáforas se han utilizado como medio para enseñar y cambiar percepciones, ideas y actitudes hacia la vida. Chamanes, filósofos y profetas han reconocido intuitivamente el poder inherente de la metáfora y lo han utilizado. Desde Platón hasta Jesús, desde Buda hasta Don Juan y Richard Bandler, las metáforas han sido reconocidas y utilizadas como poderosas herramientas de influencia.

En las metáforas, las personas, los animales o las plantas enfrentan ciertas dificultades o se encuentran en situaciones especiales. La metáfora narra cómo pudieron resolver el problema o afrontar la situación. Así, aprendemos algo, y quizás la metáfora nos impacte y nos transmita una idea de cómo podemos resolver nuestros problemas.

Función y utilidad de las metáforas

La metáfora proporciona material de juego para el inconsciente. El hilo conductor de la metáfora distrae al cerebro izquierdo, y el mensaje llega directamente al inconsciente – el hemisferio izquierdo del cerebro no tiene acceso a ello.

La metáfora también puede ser utilizada eficazmente en el coaching, ya que ofrece un estímulo para pensar de nuevas maneras sobre algo. La problemática actual se traduce en un contexto diferente y puede ser observada con más distancia.

La metáfora puede ser extremadamente útil en una integración. Un callejón sin salida se disuelve a través de una repentina comprensión – incluso si la metáfora no hace más que traducir una información para el otro hemisferio del cerebro.

Los participantes de los seminarios encuentran los contenidos mucho más familiares y accesibles después de que se ha contado una metáfora. Las metáforas aumentan la motivación y el estado de ánimo. Pueden ser utilizadas para llevar a otra persona a un estado emocional específico.

Cuidado con los malentendidos en las metáforas

“Una mujer muy competente que trabajaba en una comunidad terapéutica social, quería que una mujer esquizofrénica pasara más tiempo en el área común, para que pudiera estar más en contacto con los demás y pasara menos tiempo en aislamiento. Así que le contó una historia sobre una hermosa rosa que florecía en un rincón sombrío y húmedo de un patio trasero. Un día, el jardinero notó esta rosa, la cortó y la puso en un jarrón en la entrada, donde todos los que pasaban podían verla y admirarla... Al día siguiente, la joven se cortó las muñecas para llamar la atención (¡así como el jardinero había cortado la rosa)!”

No se puede evitar que alguien encuentre una forma de interpretación, que no se desea; pero al menos se puede ser lo suficientemente cuidadoso como para dificultar que tome el camino equivocado. Por lo tanto, revisa tus metáforas en busca de significados no intencionados, ambigüedades, supuestos y posibles interpretaciones. Por supuesto, una buena metáfora también vive de estos procesos.

Frases como “dar el último suspiro” tienen dos significados: uno literal y otro que indica que alguien muere. Cada vez que se utiliza una expresión así, se registran ambos significados.

En la lección anterior ya aprendiste cómo se formulan las metáforas. Tan importante como la construcción es la forma en que la metáfora finalmente se presenta. Aquí, un rapport óptimo es extremadamente importante. En grupos, es preferible sincronizar los tres sistemas de representación principales.

1. Presentar de manera congruente
2. Esconder la intención (actuar como si la historia fuera de otra persona o para otra persona)
3. Trance, sí o no (en trance generalmente se ancla mejor)
4. Prestar atención a la retroalimentación inconsciente
5. No interpretar

Para inspirarte y encontrar posibles plantillas para buenas metáforas, te sugerimos lo siguiente Sugerencias te ayudarán:

Bandler y Grinder recomiendan:

• Revistas especializadas
• Fábulas de animales
• Cuentos de hadas para niños (Cuentos de los hermanos Grimm, 1001 noches, etc.)
• Historias sufíes
• La Biblia y otros libros religiosos
• Colecciones de Internet
• Ciencia ficción
• Metáforas históricas (Aníbal, César, Enrique VIII, etc.)